ANTI-PUB!

Desde hace mucho tiempo hemos soportado silenciosamente la tonelada de mensajes y abusos de la publicidad. Ésta lisamente se tomó la ciudad. Publicidad gigantesca, publicidad mínima, ya no existe en, por tomar un ejemplo, el metro ningún ángulo, ninguna manera de apuntar la mirada que nos exima de aguantar las cada día mas descarnadas y no-éticas invitaciones al consumo. Después de tanto rociarnos con sustancia idiotizante, las agencias y los cerebros del marketing comienzan a notar que nos hemos vuelto duros, y que por lo tanto es necesario golpearnos más fuerte, narcotizarnos con imágenes y asociaciones instintivas, asesorarse cada día más con expertos psicólogos, sociólogos, comunicadores, antropólogos, todo para abrirnos por completo y calar más profundo en nuestras decisiones.

Un largo túnel de imágenes, asociaciones falsas, metáforas forzadas, estímulos y respuestas nos han conducido, como ratas de experimento, hacia una hipersensibilización respecto al consumo. Luego del túnel y la acuciosa preparación, el consumo, las marcas, las superficies. Todo está preparado, el camino fue diseñado para nosotros, para conducirnos como materia dúctil a través de sus obvios senderos.

Desde hace tiempo han existido manifestaciones en contra. Movimientos sociales entre cuyos enemigos se contaba la publicidad en cuanto manifestación de un enemigo más total: el capital. Pero con el tiempo la definición del enemigo se ha vuelto más precisa: La publicidad es una agresión, pretende universalizar y establecer valores como el consumismo y es la herramienta más contundente y efectiva el capitalismo para reproducir su predominio en todas las esferas de la vida humana, en todas las etapas de la vida humana.

Esto es básico y urgente: Detener la imposición repetitiva, incesante y omnipresente de la manipulación publicitaria. Están todos invitados.